Cuenta su biografía que sus comienzos en Brasil fueron a los 6 años cuando con una hoja de afeitar o una navaja sacaban punta a sus lápices. Posiblemente esos recuerdos hayan marcado a Dalton Ghetti y, sumado su gran interés en los seres vivos pequeños, pasó de la escultura de grandes objetos a este desafío, la escultura en miniatura, tomando como base los lápices.
Su idea es llamar la atención de la gente en las cosas pequeñas bajo el lema de “Lo pequeño es hermoso”.
Para crear su escultura, sostiene el lápiz en la mano bajo una fuente de luz intensa (lámpara de mesa o luz solar) y talla en su mayoría con una aguja de coser y una hoja triangular muy aguda de metal. Trabaja en intervalos muy pequeños: 1 a 2 horas máximo por día cada vez que se inspira.
El trabaja muy lentamente mediante la eliminación de partículas de grafito a la vez. Por lo tanto, lleva meses o incluso años para completar una escultura.
A continuación les comparto imágenes de sus maravillosas obras:
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