Encontrar la meta de nuestros proyectos puede ser una tarea difícil de no seguir ciertas premisas para focalizar el objetivo. Esto puede generar abandonar proyectos por la mitad o desistir de intentarlo, dejando pasar oportunidades únicas que con un poco de conducta positiva, podríamos haberlo logrado.
A continuación intentaremos poner una pequeña guía con premisas para encaminar nuestro trabajo, esta vez desde la organización de un plan que nos permita obtener exitosamente nuestro proyecto en marcha.
Evaluación de los pro y los contra
Es de vital importancia hacer una evaluación profunda de lo que podremos encontrar en el camino, tanto lo bueno como lo malo. Con esto estaremos pensando tranquilamente en los problemas que encontraremos y sin tenerlos sobre nuestras espaldas buscaremos sin presiones una solución eficaz. De la misma forma podremos encontrar todos los aspectos positivos para sacar el mayor provecho y maximizas los beneficios.
Claro está que en todo proyecto nos encontraremos con improvistos y obstáculos que deberemos dar solución en el momento, pero preverlo de antemano nos garantizará reducir el riesgo en un porcentaje considerable.
Puntos de vía
Para el que tiene GPS puede sonarle familiar este término. Los puntos de vía son las paradas que uno marca antes de llegar al lugar deseado. Haciendo el paralelismo con el tema en cuestión, esos puntos vía serán pequeñas metas que marcarán el camino y alimentarán el compromiso a alcanzar el objetivo final.
Es fácil decir: “Quiero tener mi propio estudio de diseño” pero duro se hará el camino si no pautamos un plan para ejecutar con objetivos intermedios que nos permitan ver el crecimiento de nuestro proyecto ordenadamente. Cada logro menor llevará confianza y empuje hacia el logro superior.
El problema del “Y ahora que?”
A la hora de pautar nuestro objetivo principal conviene siempre aspirar al máximo, por mas que suene lejano en sus inicios. De esta forma, evitaremos llegar a nuestro objetivo principal rápidamente y caer en la odiosa pregunta de “Y ahora que?”, sintiendo que ya hemos logrado el objetivo.
Las metas son sin duda un gran alimento para continuar con entusiasmo… si nos proponemos un objetivo cercano, posiblemente perdamos interés al poco tiempo de alcanzarlo debido a una falta de incentivo.
Mirar un futuro mas lejano nos permite soñar con lo que podemos alcanzar poniendo esmero a lo largo de la creación del proyecto.